Caidas

Es urgente comprender la necesidad de aprender a vivir sabiamente.

Si queremos un cambio definitivo, es necesario que ese cambio se verifique dentro de nosotros mismos. Si internamente no cambiamos, externamente la vida continuará con sus dificultades. Es necesario hacernos dueños de “sí mismos”, si es que queremos gobernar las circunstancias difíciles de nuestra existencia.

 

La vida de cada persona es un eterno vía crucis y cada cual recoge el fruto de su propia cosecha, de sus propias obras. Esta tierra es como dicen las Sagradas Escrituras, "un verdadero valle de lágrimas", donde nadie es feliz, los pobres sufren y los ricos también.

 

¿Quiénes somos?, ¿de dónde venimos?, ¿para qué vivimos?, ¿por qué vivimos?. Desafortunadamente el pobre "hombre superior pensante" no sólo no sabe, sino que ignora "que no sabe".

 

Lo peor de todo, es la situación tan difícil y tan extraña en que nos encontramos. Ignoramos el secreto de todas nuestras tragedias y sin embargo, estamos convencidos de que lo sabemos todo. Las personas creen que pueden desenvolverse maravillosamente en la vida, con sus estudios de colegio y la universidad, o con una buena cantidad de dinero. Desafortunadamente, detrás de tantas letras, buenos modales, títulos y dinero, bien sabemos que cualquier dolor de estómago nos entristece y que en el fondo continuamos siendo infelices y miserables.

 

Ciertamente, lo que importa es el modo de ser de cada persona. Algunos sujetos serán borrachos, otros abstemios; aquellos honrados y otros sinvergüenzas; de todo hay en la vida.

Nadie puede negar que existen distintos niveles sociales, hay gentes de iglesia, de prostíbulo, de comercio, de campo, etc. Así también existen distintos niveles del Ser.

 

Los defectos nos hacen sufrir: los celos dividen los hogares; la lujuria genera adulterios, violaciones y engaños a la mujer, abortos, enfermedades, etc.; la horrible codicia vuelve al hombre superior pensante" un miserable esclavo del vil dinero y en vez de servir, humilla y explota, generando hambre y violencia. El asqueante orgullo nos hace sentirnos grandes, ya sea por poseer un título, una posición o por tener riquezas, cuando en realidad de verdad, no somos más que miserables leños que navegamos en las aguas tormentosas del océano de la vida.

 

El iracundo es impaciente, exigente, todo le molesta, se hiere a sí mismo, hiere a los que lo rodean ya que no conoce la paciencia. Al perezoso no le interesa trabajar y siempre justifica su pereza.

 

De esta forma cada cual se convierte en un imán psicológico que atrae lo que interiormente es, y así, el violento atrae violencia; el lujurioso, escenas, dramas y hasta tragedias de lascivia; el borracho atraerá borrachos y estará siempre metido en bares y cantinas, etc.

¿Qué atraerá el usurero?, ¿el egoísta?, ¿cuántos problemas, cárceles y desgracias? ¿el asesino? ¿el Cruel?

 

Sin embargo, la gente cansada de sufrir tiene ganas de cambiar, de voltear la página de su historia. ¡Pobre gente! Quieren cambiar y no saben cómo, no conocen el procedimiento, están metidas en un callejón sin salida. Lo que les sucedió ayer, les sucede hoy y les sucederá mañana. Repiten siempre los mismos errores y no aprenden las lecciones de la vida, ni a cañonazos. Todas las cosas se repiten en su propia vida, dicen las mismas cosas, hacen las mismas cosas, se lamentan de lo mismo.

 

Esta repetición aburridora de dramas, comedias y tragedias continuará mientras carguemos en nuestro interior los elementos indeseables de la IRA, CODICIA, LUJURIA, ENVIDIA, ORGULLO, PEREZA, GULA, ETC., ETC.

 

Mientras no cambiemos interior y psicológicamente, continuará la repetición de todas nuestras miserias, escenas, desgracias e infortunios. Todas las cosas, todas las circunstancias que se suceden fuera de nosotros, en el escenario de este mundo, son el reflejo de los que interiormente llevamos. "Lo exterior es el reflejo de lo interior".

 

Ciertamente, no resulta tarea fácil eliminar las emociones negativas, perder toda identificación con nuestro propio tren de vida y problemas de toda índole: negocios, deudas, pago de letras, hipotecas, teléfono, agua, luz, etc. Los desempleados, aquellos que por cualquier motivo han perdido el empleo, evidentemente sufren por falta de dinero y olvidar su caso, no preocuparse ni identificarse con su propio problema, resulta de hecho espantosamente difícil.

 

Aquellos que sufren y lloran, aquellos que han sido víctimas de alguna traición, de un mal pago en la vida, de algún fraude, realmente se olvidan de “sí mismos” y se identifican con su tragedia moral. Una persona que se encuentra desesperada por algún problema sentimental, económico o político, obviamente, se ha olvidado de “sí mismo”.

 

Si tal persona se detiene un instante, si observa la situación y trata de recordarse a “sí mismo” y luego se esfuerza en comprender el sentido de su actitud, si reflexiona un poco, si piensa "que todo pasa", que la vida es ilusoria, fugaz y en que la muerte reduce a cenizas todas las vanidades del mundo; si comprende que su problema, en el fondo no es más que un fuego que pronto se apaga, verá con sorpresa que todo ha cambiado.

 

Realmente, las personas reaccionan mecánicamente ante las diversas circunstancias de la vida, ésto nos convierte en víctimas. Si alguien nos adula, sonreímos; si nos humillan, sufrimos; insultamos si nos insultan; herimos si nos hieren y en fin, nunca somos libres, pues nuestros semejantes tienen el poder de llevarnos de la alegría a la tristeza, de la esperanza la desesperación.

 

Es necesario que el hombre superior pensante conozca las técnicas y claves psicológicas que están dentro de si mismo, las cuales nos permiten conocernos a nosotros mismos y eliminar, con técnicas especiales, a esas fuerzas internas y ocultas llamadas AGREGADOS PSICOLÓGICOS o defectos, que son los que actúan en las personas y las hacen reaccionar mecánicamente ante las diversas circunstancias de la vida.

 El problema del dolor de las personas reside exclusivamente en nuestros defectos. Por culpa de ellos, cada uno va sembrando en su vida el dolor, el sufrimiento, la miseria, la enfermedad, sufrimos y aun hacemos sufrir al resto de la humanidad.



PD: "El solo hecho de querer cambiar ya es un paso, ser constante en los actos y perseverar es un trote y vivir en armonía con tu alma ya es una maratón de la cual nadie te puede parar"
.

 

El destino de nuestras vidas lo forjamos nosotros, todo está en nuestras manos.

Conejo LibredeCrueldad
 
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